Parece que las calores derritieron sus cerebros; y no es que yo lo celebro pues he payáu con mejores: me acuerdo una vez en Flores un cieguito con bastón se quiso hacer el campión y me invitó a un contrapunto… Aura que ya está dijunto lo evoco en esta canción.
Era un anciano arruinao que hablaba como un dotor, me dijo que era escritor en todo el mundo mentao; y es verdá que era letrao pero cantaba despacio, el gauchaje estaba reacio y lo apuraba de a ratos mas como buen liberato él sabía darse espacio.
Empezamos a payar sobre la filosofía, mas vi que por esa vía no lo iba yo a acollarar… y áhi le empecé a preguntar de guapos y otras pindongas pidiéndole que me esponga lo que sabía del tema; porque pensé: “Mucha flema pero muy poca milonga”.
¡Para qué! El viejo sabía y estuvo un rato entonao… ¡Quedó el gauchaje embobao!¡ Y las chinas, qué alegría! Siguió hasta llegar el día cantando la noche entera… y a Leguizamón ¡lo viera! apenas metía bocao; empezó el viejo agrandao: “Me acuerdo, fue en Balvanera…”
Y lento pero seguido habló de un tal Manuel Flores, de malevos resertores y de puñales perdidos; de matones de partido como los que aura ya no hay… Y lo más mejor ¡velay! ya con el último acorde, de un taura que buscaba orden a su güelta de Uruguay.
De esta forma dio la nota y allí la gente dispierta lo llevó al viejo a la puerta dejándome en mi redota; yo me fui haciéndome el sota, y vean que cosa absurda: al poco tiempo la Zurda me contó: “Aquel viejo quiebra murió antenoche en Giñebra”. Y… yo lo vi medio curda.
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